domingo, 28 de agosto de 2011

LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA


Sal de la tierra y luz del mundo
Texto:(Mt 5:13-16)
Por medio de las bienaventuranzas, Jesús presentó un cuadro del carácter cristiano. En nuestro texto da un paso más y aplica la descripción que había hecho. Una vez hemos visto qué es ser cristiano, ahora debemos considerar cómo el cristiano debería manifestarlo en el mundo en    que vive. Porque nosotros no somos islas ni vivimos aislados.
El cristiano vive en el mundo aunque no es del mundo, es decir, no comparte los valores mundanos o al menos no debería  participar de ellos. Pero no debemos apartarnos de la gente     que vive en el mundo en una especie de monasticismo mal  entendido –como el de los esenios- y pensar que el aislamiento físico del mundo nos preservará de contagiarnos de lo mundano.
Este fue el error del monasticismo medieval que enseñaba que la vida cristiana auténtica sólo se podía vivir separada de la sociedad y dedicarse a una vida contemplativa. Estando en Segovia, en el convento que fundó Juan de la Cruz, nos explicaron que mientras se construía, el “medio fraile”, como le llamaba Teresa de Ávila, pasaba más horas en la cantera donde sacaban las piedras para la edificación del convento que con sus frailes rezando. Éstos, le echaron en cara lo que consideraban que era una actitud incorrecta, pero él les contestó que “se tropieza menos entre las piedras que entre los hombres”. Ciertamente es así, pero el propósito de Dios es que seamos sal y luz entre los hombres.
1.  LA SAL DE LA TIERRA (V. 13) 
Aunque el énfasis recae en cómo debemos manifestar lo que somos, no podemos pasar por alto el lugar donde debemos hacerlo. ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente al mundo? Si consideramos que a principio del siglo pasado, la humanidad entusiasmada por la idea del progreso científico, apoyada por la teoría de la evolución, creía que sus posibilidades eran enormes y albergaba el gran sueño de que iba hacia un paraíso en la tierra.
Sin embargo, dos guerras  mundiales fueron suficientes para hacerle bajar de las nubes y darse      cuenta del enorme potencial humano para  el mal. Por eso nuestro texto implica con claridad la corrupción de la tierra y señala que nuestro mundo es un mundo caído, pecaminoso y malo. Es como un trozo de carne que tiende a descomponerse y está  necesitada de algún conservante. El ser humano está perdido en  dos sentidos: extraviado y echado a perder, o sea, corrompido.
a. La sal señala una diferencia. De ahí que el señor diga: “vosotros sois la sal de la tierra”. En las bienaventuranzas hemos visto que el cristiano es alguien distinto del mundo y no hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta que la sal es diferente de aquello en que se coloca para que ejerza la función que le corresponde. Pero si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? Por tanto, el rasgo diferencial que debemos notar es que no podemos confundirnos con el mundo, sino distinguirnos de él. El cristiano tiene que ser diferente de las demás personas como el señor Jesucristo lo fue en el mundo en que vivió.
b. Las funciones de la sal. La primera función específica de la sal es la de actuar como conservante. Como vivimos en una sociedad donde casi todo se conserva  en frío ya nos hemos olvidado que cuando no había frigoríficos el medio más usado desde la antigüedad para conservar las carnes y los pescados era la salazón que las preservaba contra los agentes que los pudría y en una función negativa evitaba que se pudrieran. Esta es también la función del cristiano en la sociedad, actuar como agente que impide su corrupción con una conducta diferente. Si el cristiano ha de ser la sal de la tierra, debe tener una cierta influencia antiséptica en la vida.
Todos sabemos que hay ciertas personas en cuya compañía es fácil ser buenos; y que también hay ciertas personas en cuya compañía es fácil bajar el listón moral. Hay ciertas personas en cuya presencia se podría contar sin reparos una historia sucia, y hay otras personas a las que a uno no se le ocurriría contársela. El cristiano debe ser un antiséptico purificador en cualquier sociedad en que se encuentre; debe ser la persona que, con su presencia, excluye la corrupción y les hace más fácil a otros ser limpios. La segunda función de la sal es la de dar sabor a los alimentos, pero para ello se necesita que se mezcle con ellos y no que permanezca en el salero.
Esta es una función positiva, pero debemos llevarla a cabo sin que acabe diluyéndose en el mundo o permaneciendo en un ghetto.  Como cristianos, de manera individual tenemos que estar en contacto con las personas del mundo sin participar en aquellas cosas que comprometan nuestra fe y tener siempre muy claros los valores por los que nos regimos. El        apóstol Pedro señala con claridad la frontera (1 P. 4:3-5). Como iglesia debe aprovechar las oportunidades que se nos presenten para estar en contacto con nuestra sociedad e intentar influir en ella. Un ejemplo es lo que hacemos con motivo de la Fiesta mayor del barrio y con el Plan comunitario, donde estamos en el plato para actuar como sal y dar un sabor diferente en nuestra sociedad. Pero también tendría que ser extensible a nivel personal en otros ámbitos, como por ejemplo, la política, los negocios, los medios de comunicación y los asuntos sociales.
En los días de Jesus la sal se conectaba a la mente de las personas con tres cualidades especiales:
·         La sal se conectaba con la pureza. Probablemente su blancura resplandeciente sugería esta    conexión. Los latinos decían que la sal era la cosa más pura, porque procedía de las cosas más puras que son el sol y el Marcos La sal fue de hecho la más primitiva de todas las ofrendas que se hacían a los dioses, y hasta sus últimos tiempos los sacrificios judíos se ofrecían con sal. Así pues, si el cristiano ha de ser la sal de la tierra, debe ser un ejemplo de pureza.
Una de las características del mundo en la época en que vivimos es que han bajado los  niveles. Los niveles de honradez, de diligencia en el trabajo, de responsabilidad, morales, todos tienden a reducirse. El cristiano debe ser una persona que mantenga bien alto su nivel de absoluta pureza en su manera de hablar, su conducta y pensamiento. Cierto escritor le dedicó un libro a J. Y. Simpson, «que hace que lo mejor nos resulte fácilmente creíble.» Ningún cristiano puede salirse de los niveles de la estricta honradez. Ningún cristiano puede pensar con ligereza en reducir los niveles morales en un mundo en el que en las calles de cualquier gran ciudad se induce deliberadamente al pecado. Ningún cristiano se puede permitir los gestos y términos sugestivos y soeces que son a menudo parte de la conversación social. El cristiano no se puede retirar del mundo, pero debe, como decía Santiago., «guardarse sin mancha del mundo» (Stg. _1:27 ).

NOTA IMPORTANTE: El mundo tiene derecho a descubrir otra vez el fulgor perdido de la fe cristiana.
·         En un mundo ansioso, el cristiano debería ser la única persona que se mantuviera serena.
·         En un mundo deprimido, el cristiano debería ser la única persona que siguiera llena de la alegría de vivir.
·         Debería haber una sencilla luminosidad en cada cristiano, pero demasiado a menudo anda por la vida como si estuviera de duelo, y habla como un espectro en una fiesta. Dondequiera que esté, si ha de ser la sal de la tierra, el cristiano debe difundir gozo.
Jesús pasó a decir que, si la sal se vuelve insípida, ya no sirve para nada, y se tira para que todo el mundo la pise. Eso es difícil de entender, porque la sal nunca pierde su sabor y su salinidad. E. F. F. Bishop, en su libro Jesús de Palestina, cita una explicación muy plausible que dio Miss F: E. Newton. En Palestina, los hornos ordinarios están fuera de la casa y se construyen de piedra sobre una base de azulejos. En esos hornos, «para conservar el calor se pone una gruesa capa de sal debajo del suelo de azulejo. Después de cierto tiempo la sal se ha descompuesto. Se levantan los azulejos, se saca la sal y se tira en el camino a la puerta del horno... ha perdido su poder para calentar los azulejos y se tira.» Puede que sea eso lo que se representa aquí.
Pero la idea principal sigue siendo en cualquier caso, y es algo en lo que el Nuevo Testamento insiste constantemente: Que la inutilidad invita al desastre. Si un cristiano no está cumpliendo su propósito como cristiano, está abocado al desastre. El sentido de nuestra vida consiste en ser la sal de la tierra; y si no le damos a la vida la pureza, el poder antiséptico y la luminosidad que le debemos, no estamos cumpliendo nuestro cometido y vamos al desastre.
Todavía nos falta por decir que algunas veces en la Iglesia Primitiva se hacía un uso muy extraño de este texto. En la sinagoga, entre los judíos, había la costumbre de, si un judío se volvía apóstata y luego volvía a la fe, antes de recibirle otra vez en la sinagoga, tenía como penitencia que tumbarse a la puerta de la sinagoga e invitar a todos los que iban entrando a que le pisaran. En algunos lugares, la Iglesia Cristiana adoptó esa costumbre; y a un cristiano que había sido expulsado de la Iglesia por disciplina, se le obligaba, antes de admitirle otra vez, a tumbarse a la puerta de la iglesia e invitar a los que entraban: «Pisoteadme porque soy la sal que ha perdido su sabor.»

·       LA LUZ DEL MUNDO (VV.14-15)
Esta es una de aquellas afirmaciones que nos deja anonadados, porque no somos gran cosa y la responsabilidad que tenemos es enorme. Sin embargo, debemos verlo por pasos y así nos resultará más fácil su comprensión.
Implicaciones negativas. En principio esta frase  implica que el mundo está en tinieblas y ahí es mucho más sencillo  arrojar la luz del evangelio porque la distinción entre luz y tinieblas es manifiesta. Si repasamos la historia, observamos que en siglo XVI hubo un renacimiento cultural en medio del cual se dio la Reforma que fue un faro que alumbró las tinieblas de la Edad Media. Pero después de un decaimiento pendular (siglo XVII), en el siglo XVIII se produjo una restauración cultural que se conoce como la Ilustración o “Siglo de las luces”.  Pero a diferencia del anterior y de la  mano del racionalismo empezaron los ataques contra la Biblia y el humanismo se erigió como la luz de la humanidad. En consecuencia se cayó en las tinieblas y cada vez son más densas porque en lugar de la revelación de Dios se ha instalado el orgullo humano de la  tecnología y el cientificismo. De la cultura podemos derivar a la ética y entonces  el desastre es ya absoluto. La corrupción moral es una realidad en todas partes y no hace falta amontonar ejemplos para demostrarlo. La corrupción moral es una realidad en todas partes.
Implicaciones positivas. Las palabras de Jesús “vosotros sois la luz del mundo” indican que somos llamados a hacer algo positivo. Esto se dice de todos los verdaderos cristianos, no de una casta de cristianos especiales, una especie de lumbreras. Pero, ¿cómo se cumple en nosotros? Evidentemente por nosotros mismos esto es imposible, sin embargo, el Señor Jesús dijo con claridad que él era la luz del mundo. Por tanto, el cristiano no es alguien que tenga luz propia  como el sol, sino que refleja la luz de Cristo en su vida, como hace la luna en nuestro sistema planetario.

  • Su manifestación al mundo (v. 16)
Primero ha señalado lo que es y después lo que hace. ¿Cómo debe mostrar el cristiano que es luz?  Cuando Jesus dijo que los cristianos debían ser la luz del mundo, ¿Qué quería decir? Lo primero es poner de manifiesto las tinieblas del mundo con una forma de vida diferente. Esto nos habla del testimonio por medio de la conducta  sin necesidad de decir nada; luego vendrán las palabras. Presenta un modelo de vida que hace que los demás se sientan avergonzados. Por eso debe estar en un lugar visible y no bajo un almud (recipiente para medir cereales). El punto culminante o mejor manera de manifestarlo al mundo es haciendo buenas obras, pero no para exhibirnos, sino como algo normal para atraer la atención sobre nuestro Padre para desviarlo de nosotros mismos. Entonces:

1.     Una luz es algo que en primer lugar y principalmente está para que se vea. Las casas de Palestina eran muy oscuras, con una sola ventana circular de medio metro de diámetro. La lámpara era como una salsera llena de aceite y con una mecha. No era nada fácil encender una lámpara cuando no había ni cerillas. Normalmente la lámpara se colocaba en un candelero o soporte, que en muchos casos no era más que un soporte de madera toscamente tallada; pero cuando la gente se salía de la habitación, por seguridad, quitaban la lámpara del candelero y la ponían debajo de un cajón de arcilla de medir el grano para que siguiera ardiendo sin riesgo hasta que volviera alguien. El deber primario de la luz de la lámpara era que se pudiera ver.
Así es que el Cristianismo es algo que se tiene que dejar ver. Como ha dicho bien alguien: "No puede haber tal cosa como un discipulado secreto; porque, o el secreto acaba con el discipulado, o el discipulado con el secreto.» Nuestro cristianismo tiene que ser perfectamente visible a todo el mundo.
Además, este Cristianismo no tiene que dejarse ver solamente en la iglesia. Un cristianismo cuyos efectos no salen de las puertas de la iglesia no le sirve a nadie gran cosa. Debería ser más visible todavía en las actividades normales y corrientes. Nuestro Cristianismo debe dejarse ver en la manera como tratamos al dependiente de la tienda al otro lado del mostrador, en nuestra manera de encargar una comida en el restaurante, en nuestra forma de tratar a nuestros empleados o de servir a nuestros superiores, en nuestra manera de practicar un deporte o jugar a un juego, o conducir o aparcar un vehículo, en el lenguaje cotidiano que usamos y en lo que leemos cada día. Un cristiano debe serlo en la fábrica, el taller, los astilleros, la mina, la escuela, la consulta médica, la cocina, el campo de fútbol, exactamente lo mismo que en la iglesia. Jesús no dijo: «Vosotros sois la luz de la Iglesia», sino: «Vosotros sois la luz del mundo.» Así que nuestro cristianismo se tiene que hacer evidente a todos por nuestra manera de vivir en el mundo.
2.     Una luz es un guía. En cualquier ría podemos ver una serie de luces que marcan el camino que deben seguir los barcos para su seguridad. Sabemos lo difícil que resulta transitar por las calles de la ciudad cuando hay un apagón. Una luz es algo que facilita el camino.
Así que un cristiano debe indicarles el camino a los demás. Es decir: el cristiano está obligado a ser un ejemplo. Una de las cosas que más necesita este mundo son personas que estén preparadas a ser focos de bondad. Supongamos que hay un grupo de gente, y que alguien propone que se haga algo dudoso. A menos que alguien se oponga abiertamente, aquello se hará. Pero si alguien se pone en pie y dice: «No contéis conmigo para eso,» otro, y otro, y otro se levantarán y dirán: «Ni conmigo tampoco.» Pero si no se les hubiera dado ejemplo, se habrían callado.
Hay muchas personas en este mundo que no tienen la fuerza moral ni el coraje para mantenerse firmes en solitario; pero si otro se adelanta, le seguirán; si cuentan con alguien suficientemente fuerte o seguro en quien apoyarse, harán lo que deben. Es el deber del cristiano adoptar la posición que luego secundará el hermano más débil, iniciar la marcha que otros con menos coraje seguirán después. El mundo necesita luces guiadoras; hay personas esperando y anhelando la dirección para hacer lo que no se atreverían a emprender solas.
3.    Una luz esa menudo una advertencia. A menudo se usa la luz para advertir de un peligro que acecha más adelante.
Algunas veces el cristiano tiene la obligación de presentarles a los demás la necesaria advertencia. Eso es a menudo difícil, especialmente hacerlo de forma que no haga más daño que bien; pero una de las más desgarradoras tragedias de la vida es que nos venga alguno, especialmente un joven, y nos diga: "No me encontraría en esta situación si me lo hubieras advertido a tiempo.»
ANECDOTA
Se decía de la famosa maestra y educadora que, si alguna vez tenía ocasión de corregir a sus estudiantes lo hacía "poniéndole el brazo alrededor de los hombros.» Si hacemos nuestra advertencia, no con enfado ni crítica, sino con amor, será eficaz.
El cristiano debe ser una de estas luces que se pueden ver, que advierten y que guían.
Conclusión
Los cristianos  debemos vivir como personas que han recibido la vida de Cristo y ser sal de la tierra para dar sabor y evitar la corrupción del mundo. Al mismo tiempo deben manifestar la luz de Cristo haciendo buenas obras. 

¿QUE ES LA SEPARACIÓN BÍBLICA DE LA IGLESIA?


TITULO: ¿Qué es la separación bíblica?

TEXTO: Jn. 17:15 -16

INTRODUCCION          
  1. La separación bíblica es el reconocimiento de que Dios ha llamado a los creyentes fuera del mundo, y a la preservación de una pureza personal y colectiva, en medio de una cultura pecadora.
  2. Siempre Dios ha propendido en que su pueblo sea un  pueblo separado, apartado para El.
  • Cuando llamo a Abraham. (Gn. 12:1 ss.).
  • El pueblo de Israel en el desierto. (Dt.  7:6 -8).

  1. Usualmente la separación bíblica está considerada bajo dos divisiones: personal y eclesiástica.
  2. Cabe destacar que el apóstol Pedro expresa en 1 P. 2:9 habla también de la separación    espiritual del pueblo de Dios tomando como figura al pueblo de Israel como pueblo escogido de Dios y revela el propósito de esta separación, es decir el porqué y para que Dios escogió, aparto a su pueblo.

    I. LA SEPARACION PERSONAL O INDIVIDUAL INVOLUCRA:
  1. Un compromiso individual a un nivel de comportamiento piadoso. Daniel practicó la separación personal cuando él “…propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía…” (Daniel 1:8). La suya era una separación bíblica, porque su norma de vida estaba basada en la revelación de Dios en la ley Mosaica. 
  2. Un ejemplo moderno de separación personal puede ser la decisión de declinar invitaciones a fiestas donde se sirve alcohol. Tal decisión puede ser hecha para evitar la tentación (Romanos 13:14), para practicar el “abstenerse de maldad” (1 Tesalonicenses 5:22), o simplemente para ser consistente con una convicción personal (Romanos 14:5).
  3. La Biblia enseña claramente que el hijo de Dios debe estar separado del mundo. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte del creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y Yo os recibiré.” (2 Corintios 6:14-17; ver también 1 Pedro 1:14-16).
II. LA SEPARACION ECLESIASTICA IMPLICA:
1.  La separación eclesiástica comprende la decisión de una iglesia respecto a su relación con otras organizaciones, basada en su teología o prácticas. El separatismo está implícito en la palabra misma de “iglesia.” La palabra griega Ekklesia significa “una asamblea separada.” En la carta de Jesús a la iglesia de Pérgamo, Él advirtió contra la tolerancia de aquellos que enseñan falsas doctrinas (Apocalipsis 2:14-15). La iglesia debe permanecer separada, rompiendo lazos con la herejía. Un ejemplo moderno de separación eclesiástica puede ser una postura denominacional contra las alianzas ecuménicas para evitar la unión con los apostatas. 
2.  La separación bíblica no requiere que los cristianos evitan tener contacto con los incrédulos. Como Jesús, debemos ser amigos de pecadores, sin tomar parte en su pecado (Lucas 7:34). Pablo expresa una visión balanceada del separatismo: “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.” (1 Corintios 5:9-10). En otras palabras, estamos en el mundo, pero no pertenecemos a él. 

El Progreso del Peregrino escrito por John Bunyan, ofrece un maravilloso ejemplo de esta separación bíblica; Cristiano y Fiel viajan a través del Pueblo Vanidad, donde se encuentra una Feria (sensual) de Vanidad, porque “el camino a la Ciudad Celestial pasa precisamente por este Pueblo… y aquel que quisiera ir a la Ciudad Celestial sin pasar por la feria a fuerza tendría que salir del mundo.” En la Feria, el hombre de Vanidad se maravilla de las declaraciones del peregrino, vestimenta y valores. El hecho de que fueran “extranjeros y peregrinos” (Hebreos 11:13) separados de la multitud del mundo.

TÉRMINOS BÍBLICOS APLICADOS A LA IGLESIA


TITULO: TÉRMINOS BIBLICOS APLICADOS A LA IGLESIA.
TEXTO: Mt. 16:18ss

INTRODUCCION
*    La semana pasada definimos la iglesia a base de examinar los términos bíblicos principales, como ekklesía (un grupo de ciudadanos reunidos con un propósito determinado) y kyriakos (un grupo que pertenece al Señor).
*    La Biblia usa muchas descripciones a manera de metáforas para hablar de la Iglesia, y cada una de ellas describe un aspecto diferente de lo que es la Iglesia y lo que ella está llamada a hacer.
*    A continuación algunos de ellos.

I.           LA IGLESIA ES LLAMADA “PUEBLO DE DIOS”
A.  El Apóstol Pablo tomo prestada esta descripción de Israel en el A.T. para aplicarla a la Iglesia  del N.T., al afirmar:”Como dijo Dios: Habitare y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” (2 Co. 6:16 cf. Lv. 26:12).
-      A lo largo y ancho de las Escrituras se describe a la Iglesia como el pueblo de Dios.  Así como en el A.T., Dios había creado a Israel para que fuera un pueblo para El, también la Iglesia del N.T. es creación suya, “pueblo adquirido por Dios (1 P. 2:9-10 cf. Dt. 10:15; Os. 1:10).
-      Por tal motivo alguien dijo: “La Iglesia es: Un pueblo convocado por Dios, incorporado en Cristo y habitado por el Espíritu Santo”.
1.  Como pueblo de Dios, la Iglesia es un cuerpo “escogido”.  Esto no quiere decir que Dios haya escogió a unos para salvación y a otros para condenación eterna. El pueblo de Dios recibe el título de “escogido” en el N.T. porque Dios ha “escogido que la Iglesia haga su obra en estos tiempos por el Espíritu Santo, quien obra activamente para santificar a los creyentes y conformarlos a la imagen de Cristo. (Ro. 8:28-29).
2.  El N.T. más de un centenar de veces llama al Pueblo de Dios “los santos de Dios”. 
-      Esto no se refiere a una categoría espiritual superior.
-      Podemos considerar la Carta a los Corintios, en la cual se les llama a los creyentes “los santos de Dios”.
-      De esta manera, se nos recuerda que la Iglesia es creación de Dios, y que por su iniciativa o soberanía, los creyentes son llamados a ser santos (1 Co. 1:1).
-      Por lo general se llama al pueblo de Dios “los que están en Cristo”, sugiriendo de esta manera que los creyentes somos los destinatarios de la obra expiatoria de Cristo, compartiendo de esta forma corporativa tanto los privilegios como también las responsabilidades de que se nos llame “cristianos”.
3.  También se hace referencia al pueblo de Dios de otras tres maneras:
a)  Creyentes: Traducción del gr. Pistói, “los fieles”.  Sugiriendo de esta manera que los miembros de pueblo de Dios no se han limitado a creer solo de manera intelectual en la obra de Cristo en algún momento del pasado, sino que viven continuamente en una actitud de fe, confianza obediente y entera consagración a su Salvador.
b) Hermanos: (gr. Adelfói), término que se refiere tanto a hombres como a mujeres.  Es usado frecuentemente por los escritores del N.T. para expresar el hecho de que los cristianos son llamados no solo a amar al Señor, sino también a amarse mutuamente (Mt. 22:37:40 cf. 1 Jn. 3:16).  Este amor y esta comunión nos recuerda que cualesquiera que sean los llamados y las labores de ministerio personales, todos somos hermanos, iguales ante la presencia del Señor.
c)  Discípulos: (gr. Mathetes). Significa “aprendices o pupilos”. Significaba mas que escuchar y asimilar mentalmente la información que daba un maestro.  Significaba también que la persona quería imitar la personalidad y conducta de su maestro.  Así que, como miembros del pueblo de Dios estamos llamados a ser discípulos de Cristo, nuestro Maestro.  Jesús dijo: “Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”  (Jn. 8:31).
Jesús no presento falsamente la vida de sus discípulos  como algo fácil o atractivo (Lc. 14:26-33), sin embargo si indico que es totalmente esencial para aquellos que deseen seguirle.
Alguien dijo: “El verdadero discípulo cristiano exige que estemos  y a dispuestos a morir a nosotros mismos, y dárselo todo a Cristo”.

II.        LA IGLESIA ES LLAMADA “CUERPO DE CRISTO”.
A.   El Señor Jesucristo dejo esta tierra hace más de 20 siglos; pero todavía  vive en el mundo.  De esta manera queremos decir que su presencia permanece y se manifiesta en la iglesia, que es su cuerpo.  Tal como vivió en la tierra en un cuerpo humano individual, así hoy vive una vida mística en un cuerpo tomado de toda la raza humana en general (iglesia). Notemos lo que dijo el Señor Jesús antes de partir: (Mt. 28: 20b)|
B.   En la terminación de cada uno de los evangelistas, no encontramos el vocablo “fin” sino más bien “continuara” pues la vida de Cristo continua evidenciándose desde el libro de los hechos hasta nuestros días. (Mt. 28:19-20; Mr. 16:15-20; Lc. 24:47ss). 
C.   El Señor Jesucristo dijo: “Como me envió el Padre, así también yo os envió.” “El que os recibe a vosotros, a mi me recibe.”
D.  Jesús antes de partir de esta tierra uso una preciosa ilustración: (Jn. 15:1ss):
    “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”.  La vid es incompleta sin los     sarmientos o pámpanos, y los sarmientos nada son aparte de la vida que fluye de la vid.
NOTA: Para que Cristo sea conocido del mundo, tendrá que serlo por medio de los que llevan su nombre y comparten su vida.  Y hasta el punto de que la Iglesia se ha mantenido en contacto Cristo, la Cabeza, ha compartido su vida y experiencia. 
E.  DENOTA RELACIONES MUTUAS Y FUNCIONES DE LOS MIEMBROS. (UNIDAD).
-      Pablo insiste en la verdadera unidad que es esencial para la Iglesia. (1 Co. 12:12). Así como el cuerpo de Cristo fue diseñado para funcionar a todos los efectos como uno, de igual manera son dados los dones del Espíritu Santo para equipar al cuerpo por el mismo Espíritu, el mismo Señor, el mismo Dios “que hace todas las cosas en todos…para provecho” (1 Co. 12: 4-7).
-      Por tal motivo, los miembros del cuerpo de Cristo deber usar de gran cautela “para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” (1 Co. 12:25 cf. Ro. 12:5).
-      Esto solo es posible por cuanto “por un solo Espíritu fueron todos bautizados en un cuerpo” (1 Co. 12:13).
-      Gordon D. Fee afirma: “Lo que necesitamos con urgencia es una actuación soberana del Espíritu, por medio de la cual El haga entre nosotros cuanto no puede hacer nuestra –unidad programada-“.
F.   EXPRESA DIVERSIDAD EN LA UNIDAD Y UNIDAD EN LA DIVERSIDAD.
-      Dentro de la unidad del Cuerpo de Cristo es necesaria la diversidad para que pueda funcionar adecuadamente.  (Ro. 12:4; 1 Co. 12:14).
-      Gordon D. Fee dice: “… que la unidad no significa uniformidad. 
OJO: “No existe una unidad verdadera sin que haya diversidad”.
G.  ESTAMOS UNIDOS EN UN CUERPO, AUNQUE SOMOS DIFERENTES SEGUN LAS GRACIAS DADAS A LOS DISTINTOS MIEMBROS, PARA QUE LLEGUEMOS A SER UN HOMBRE PERFECTO EN CRISTO.(1 P. 4:10).
-      Se insiste en la importancia y belleza de esta diversidad a lo largo de 1 Co. 12, al referirse a los dones espirituales, pues son esenciales para el ministerio de la Iglesia (1 Co. 12:7-11, 27-33; Ro. 12:4-8).
-      Es importante notar que Dios no ha fundido a todos los miembros de la Iglesia en el mismo molde, y no llama a todos los miembros al mismo ministerio, ni los equipa con el mismo don; pues tal como sucede en el cuerpo humano, Dios ha compuesto a la Iglesia de tal manera, que funciona al máximo de su eficacia cuando cada una de sus partes (miembros) está cumpliendo eficientemente con el papel (llamado) para el cual fue diseñada.
-      Por esto hablamos de “unidad en la diversidad” dentro del cuerpo de Cristo.
H. ENCONTRAMOS AQUÍ TAMBIEN LA IDEA DE MUTUALIDAD.
-      Cada creyente debe trabajar con los demás creyentes y luchar por la edificación de ellos.
Ø Esto implica sufrir con los sufren, o regocijarse con los que reciben honores (1 Co. 12:26);
Ø Sobrellevar las cargas los unos con los otros (Gá. 6:2).
Ø Ejerciendo el ministerio de la restauración cuando alguien haya caído en pecado (Gá. 6:1).
Ø La idea central aquí es que ningún miembro del cuerpo de Cristo puede tener una relación individualista y exclusivista con el Señor; pues cada “ser individual” es de hecho un componente necesario de la estructura corporativa del la Iglesia.
Ø Claude Welch afirma: “No hay, ni puede existir un cristianismo puramente privado, porque estar en Cristo es estar en la Iglesia, y estar en la Iglesia es estar en Cristo, y todo intento de separar la relación con Cristo en fe de la identificación con la Iglesia es una perversión de nuestra comprensión del Nuevo Testamento”.
I.   OTRO ASPECTO IMPORTANTE QUE INTEGRA TAMBIEN LA IMAGEN DEL CUERPO DE CRISTO, ES LA RELACION ENTRE EL CUERPO Y JESUCRISTO, SU CABEZA (Ef. 1:22-23; 5:23).
-      Como cabeza del Cuerpo, Cristo es la fuente y el sostenimiento de la vida para la Iglesia.
-      Mientras sus miembros son organizados bajo el liderazgo de Cristo y funcionen como El desea, su Cuerpo se nutrirá y sostendrá, y crecerá “con el crecimiento que da Dios” (Col. 2:19).
-      La Unidad, Diversidad y Mutualidad que son indispensables para el cuerpo de Cristo son alcanzables mientras “crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo… según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Ef. 4:15-16).

v CONCLUCION:
Por lo tanto concluimos que en el Cuerpo de Cristo, existe:
§  Unidad que es diferente a uniformidad.
§  Diversidad en la unidad y unidad en la diversidad.
§  Existiendo también mutualidad.

III.     LA IGLESIA ES LLAMADA TEMPLO DEL ESPIRITU
J.   Los escritores bíblicos hacen uso de varios símbolos para hablar de los componentes de la edificación de este templo, que corresponden a los materiales necesarios para la construcción de una estructura terrenal.  Por ejemplo, todo edificio necesita unos cimientos sólidos.
a)  El apóstol Pablo indica con claridad que el cimiento primario de la Iglesia es la persona histórica y la obra de Cristo: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Co. 3:11). Vemos también (Ef. 2:20) como el apóstol Pablo expresa también que la iglesia esta “edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas”.  Esto significa que la edificación se funde en las enseñanzas de éstos, no como fundamento propio, sino las enseñanzas que éstos habían dado acerca de Jesús, quien en 1Co_3:11 es identificado como el único fundamento.  Moule sugiere que esta figura significa “el fundamento que consiste de ellos, por cuanto su doctrina es la base de vuestra fe”. Es decir, que ellos fueron los maestros inspirados y portadores de la autoridad divina. Ellos fueron los que fraguaron el concepto del fundamento de la iglesia, el cual es Jesús.
b) Otro componente de esta imagen del edificio, estrechamente asociado con los cimientos, es la piedra del ángulo.
                    i.        Hoy en día, en los edificios modernos, la piedra del ángulo suele ser mas simbólica que integral, mayormente con el  propósito de conservar grabada la fecha en que fue colocada y conservar la memoria de los principales benefactores.
                  ii.        Sin embargo en la época bíblica, la piedra del ángulo era de suma importancia; pues era más grande que las demás, y ayudaba a controlar el diseño correcto para todo el edificio, aportando simetría a la construcción. Por lo tanto se describe a Cristo como “la principal piedra del ángulo”, por medio de la cual “todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor” (Ef. 2:20-21; 1 P. 2: 6-7).
c)  Relacionadas con la Piedra del Angulo, estaban las piedras normales necesarias para completar  estructura.  El apóstol Pedro describe a los creyentes en este papel, al hablar de ellos como “piedras vivas…edificados como casa espiritual y sacerdocio santo” (1P. 2:5).
-      El termino que usa el apóstol es “lizos”, a cual es una palabra corriente en griego, con el significado de “piedra”.  Sin embargo a diferencia de los sinónimos mas familiares, que son petros (una piedra suelta o guijarro) y pétra (una roca solida sobre la cual se puede edificar), las “piedras vivas” (gr. Lízoi zóntes) sugieren en este contexto “piedras labradas”; esto es las piedras a las que el maestro constructor (esto es, Cristo) ha tallado y dado forma para que encajen adecuadamente en su lugar.
-      Es interesante notar que tanto en Efesios 2 como también en  1 P. 2, los verbos se hallan en presente,  lo cual implica un sentido de acción progresiva.  Por lo tanto podemos decir que los cristianos están aun como se suele afirmar, “en proceso de construcción”.  Entonces podemos insistir en el hecho de que la obra santificadora (INSTANTANEA, PROGRESIVA Y PLENA O TOTAL) del Espíritu Santo continua y sigue progresando con el fin de llevar a cabo los propósitos de Dios en la vida de los creyente en forma individual y colectiva. Se  les está reuniendo en un edificio que, “bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien… sois juntamente edificados para  morada  de Dios en el Espíritu” (Ef. 2:21-22).

K.  PODEMOS TENER LA SEGURIDAD DE QUE EL ESPIRITU DE DIOS HABITA EN LA IGLESIA.
a)  Colectivamente. Pablo les pregunta a los creyentes de Corinto: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?... El templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Co. 3:16-17). Aquí el Apóstol Pablo se dirige a la Iglesia de manera corporativa (toda la frase esta en plural). Esta palabra se da en un contexto en el cual Pablo esta exhortando a la iglesia en contra del partidismo, las divisiones y la carnalidad, cosas que atentan contra la integridad del cuerpo y contristan al Espiritu Santo.
Pero los que introducen disensiones y divisiones en la comunión de la Iglesia destruyen el Templo de Dios en un doble sentido:
-      Hacen imposible que el Espíritu pueda obrar. En cuanto se introduce la     amargura en la Iglesia, el amor se     ausenta. No se puede ni decir ni oír la verdad debidamente en esa atmósfera. (Sal. 133:1ss cf. Hch. 2:1).

-      «Donde está el amor, allí está Dios;" pero donde hay odio y peleas, Dios está llamando a la puerta, pero no Le dejan entrar. El que destruye el amor fraternal, destruye la Iglesia; y, por tanto, el Templo de Dios.

-      Dividen la Iglesia y la reducen a una serie de ruinas aisladas. Ningún edificio puede mantenerse en pie y firme si se le quitan secciones. La mayor debilidad de la Iglesia siguen siendo sus divisiones. Ellas también la destruyen.

b) Individualmente. Por el contrario en 1 Co. 6:19, les hace una pregunta similar a los creyentes de manera individual (les habla en singular): “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios…?
-      Los griegos despreciaban el cuerpo. Tenían un proverbio: "El cuerpo es una tumba.» Epicteto decía: "Yo soy una pobre alma aherrojada en un cuerpo.» Lo importante de la persona era el alma, el espíritu; el cuerpo era algo sin importancia. Eso producía dos actitudes: o se decantaba por un ascetismo de lo más riguroso en el que todo se hacía para humillar y sojuzgar los deseos e instintos del cuerpo; o, lo que era más corriente en Corinto: puesto que el cuerpo no importaba, se podía hacer lo que se quisiera con él; se le podían conceder todos sus gustos. Lo que complicaba la cosa era la doctrina de la libertad cristiana que Pablo predicaba. Si el cristiano es el más libre de los humanos, ¿no es libre para hacer lo que le dé la gana, especialmente con ese cuerpo que es la parte menos importante de sí mismo?
-      Así es que los corintios defendían, de una manera que consideraban de lo más elevada, dejar que el cuerpo se saliera con la suya. El estómago está hecho para la comida, y la comida para el estómago; son tal para cual. Pues lo mismo pasa con los otros instintos: el cuerpo está hecho para el acto sexual, y el acto sexual para el cuerpo; por tanto, hay que satisfacer todos los deseos del cuerpo.
-      La respuesta de Pablo es clara. El estómago y la comida son cosas temporales, y llegará el día en que dejen de existir. Pero el cuerpo, que representa a la personalidad, el ser humano en su conjunto, no está hecho para desaparecer, sino para estar unido a Cristo en este mundo y, aún más íntimamente, en el por venir. ¿Qué sucede cuando se comete fornicación? Que se le da el cuerpo a una prostituta, porque la Escritura dice que en el acto sexual dos personas llegan a ser un solo cuerpo (Gen_2:24 ). Es decir: un cuerpo que Le pertenece a Cristo por derecho propio se ha prostituido con otra persona.
-      Recordemos que Pablo no está escribiendo un tratado sistemático, sino predicando, conversando con el corazón inflamado y la lengua dispuesta a usar cualquier razonamiento que le venga a mano. Dice que, de todos los pecados, la fornicación es el que afecta al cuerpo y lo prostituye. Eso no es estrictamente cierto, porque lo mismo se podría decir del abuso del alcohol y de otras drogas. Pero Pablo no está escribiendo para obtener el aprobado en lógica, sino para salvar a los corintios en cuerpo y alma; por eso insiste en que otros pecados son externos a la persona, mientras que en el sexo indebido se peca contra el propio cuerpo, que está diseñado y destinado para la comunión con Cristo.
-      Y  entonces hace una última llamada. Precisamente porque el Espíritu de Dios habita en nosotros, somos templo de Dios, y nuestros cuerpos son sagrados. Y más: Cristo murió para salvar, no sólo una parte de la persona, sino toda la persona humana, alma y cuerpo. Cristo dio Su vida para darnos un alma redimida y un cuerpo puro. Por esa razón, un cristiano no tiene un cuerpo para hacer con él lo que quiera, sino que ese cuerpo pertenece a Cristo; así que cada cual debe usarlo, no para satisfacer su concupiscencia, sino para la gloria de Cristo.

         Aquí hay dos grandes pensamientos.
Ø Pablo insiste en que, aunque un cristiano es libre para actuar con     independencia, no debe dejarse dominar por nada. El gran hecho de la fe cristiana es que nos hace libres, no para pecar, sino para no pecar. ¡Es tan fácil dejar que los hábitos nos esclavicen...! Pero la fuerza cristiana nos permite dominarlos. Cuando uno experimenta de veras el poder de Cristo llega a ser, no esclavo, sino dueño de su cuerpo. A menudo se dice: " Haré lo que me dé la gana,» cuando uno se refiere a un hábito o una pasión que le tiene esclavizado; es sólo cuando una persona tiene la fuerza de Cristo cuando puede decir de veras: " Haré lo que quiera,» y no: " Daré gusto a las cosas que me tienen en su poder.»
Ø Pablo insiste en que no nos pertenecemos a nosotros mismos. No hay tal cosa en el mundo como una persona que se haya hecho a sí misma. El cristiano es uno que considera, no sus derechos, sino sus deberes. No puede hacer lo que quiera, sencillamente porque no se pertenece a sí mismo; sino que ha de hacer lo que Cristo quiera, porque para eso le compró al precio de Su sangre.
CONCLUCION:
Como templo del Espíritu Santo, vemos que la Biblia habla de:
1.  Fundamento inamovible e inmutable.
2.  Este fundamento implica una piedra angular.
3.  También están las piedras labradas (creyentes).
4.  La Biblia nos da seguridad y certeza de la habitación del Espiritu Santo en la Iglesia en forma corporativa o colectiva y singular o individual.